miércoles, 20 de octubre de 2010

Transplante de acacias, noche y segundo día

Primer jornada de transplante y desmalezado



Llegó el primer sábado de trabajo manual. Si bien el invierno es el mejor momento del año para transplantar la mayoría de los árboles -por ser la estación en que focalizan su energía en expandir sus raíces- los que elegimos eran Acacias, que suelen tener un ciclo distinto y ya habían tenido su florecimiento durante el invierno. Guíados por los consejos de Raquel, nos propusimos mover algunas acacias que habían crecido muy pegadas entre sí y trasladarlas al frente del terreno. De esta manera se generaba una distancia prudente entre ellas para que puedan seguir creciendo cómodas y, con las que transplantamos, fuimos haciendo una hilera sobre el alambrado del frente para ir armando una cerco de árboles y plantas. Ese fin de semana de luna llena también lo vamos a recordar como la primera noche que pasamos en Yungo. Fueron dos días repletos de aprendizaje, intercambio y reflexiones. Inauguramos una zona para hacer fuego y trazamos los primeros caminos. Los animales por la noche estaban muy extrañados de nuestra presencia, sobre todo los pájaros del montecito, de su montecito. Tuvimos la suerte de contar con la presencia de muchos amigos queridos que dio por resultado una mezcla especial. ¿Ruti? Entusiasmadísima.

Fotos: Rubin Marantenboim

jueves, 14 de octubre de 2010

Bomba manual



El mes pasado tuvimos la suerte de entrar en contacto con Gustavo Noval. Habitante actual de Verónica, decidió instalarse en el pueblo 12 años atrás después de una vida en la Ciudad de Buenos Aires. El nos ayudó a contactar a Dadin, uno de los poceros de Verónica, que se encargó de hacer la perforación e instalar la bomba manual. Por reiteradas sudestadas y el estado inicial del terreno el trabajo se había demorado, hasta que el miércoles 13 de septiembre lograron superar los contratiempos, y actualmente Yungo goza disponer de agua potable.

Reconocimiento de la vegetación, segundo fin de semana

Reconocimiento de la vegetación, primer fin de semana



Antes de tomar cualquier decisión o iniciar cualquier acción, nos recomendaron reconocer cada uno de los árboles que teníamos y en qué situación se encontraban. Unas semanas antes habíamos notado que varios árboles tenían manchas blancas, que podían ser hongos u otro tipo de afección. Nos pusimos en contacto con la gente del área de forestación del INTA, que nos recomendó consultar con profesionales especializados de la Universidad Nacional de La Plata. Actualmente Yungo tiene cerca de 50 árboles. Las especies principales son: tala, acacia, eucalipto y ombú.

Primeras recorridas



Al fin encontramos el terreno. Después de pasar un rato debajo del roble, nos dimos cuenta todo lo que nos gustó estar ahí. Cuando encontramos el montecito lo ratificamos. Acá hay imágenes de las primeras recorridas del terreno, con grandes descubrimientos: los hongos en la segunda zona arbolada, algunas zonas del suelo con algas, desniveles del terreno y una gran diversidad de árboles, plantas, flores y arbustos.

El primer encuentro




Les presentamos a la negra Ruti. Muchos ya la conocen y saben de su magia e insolencia. Otros ya la van a conocer. En la recorrida de pueblos que fuimos conociendo, en la ruta 6 nos encontramos con un pequeñísimo cachorrito, a priori inofensivo y con el tiempo de una personalidad remarcable. Adora descansar, estar al aire libre, comer, jugar. También mordisquear y que le presten atención, pero bueno, todo no se puede. Ruti es la encargada de reflejarnos el camino.

En la búsqueda

                     


Yungo nació del reciclado de una idea pensada fallidamente para la Ciudad. En su transformación para llegar hasta el actual proyecto, existió un período de búsqueda de terrenos que llevó casi 1 año. Empezando por Villars y Plomer en la zona oeste de la provincia, hasta llegar a la zona sur, desde Las Tahonas, continuando por Vieytes, Punta Indio y terminando en Verónica, a 150km de la Ciudad de Buenos Aires. En cada uno de los pueblos que visitamos descubrimos un particular atractivo: La Estación de Plomer, que sigue ahí, a la espera de reactivarse. La incipiente actividad cultural, el rescate de las zorras y la estación del ferrocarril en Villars, impulsado por Eduarda Brusch. La tranquilidad de Las Tahonas, con un Censo que indica 7 habitantes. La fuerza del Río de la Plata en la costa de Punta Indio y la prolijidad de Vieytes.