jueves, 31 de marzo de 2011

Primer techo vivo




Durante el fin de semana largo, un nuevo desafío para el grupo de trabajo. Después de concluir los cimientos, ya estábamos listos para empezar con el techo vivo. Dado el diseño de los baños, decidimos hacerlo en tres partes: dos con techos rectangulares, y la parte del medio con techo redondo. Esta vez empezamos por una de las puntas, para llegar más entrenados a la parte del centro, que va a ser la más compleja. Hicimos 5 pozos de 1 metro, clavamos los postes de Guayubira, encuadramos con tirantes de pino y le cruzamos tres largueros para sostener las tablas de Saligna de 1 pulgada. Durante las dos jornadas que nos llevó, nuevamente vino a darnos una mano Daniel, que siempre tiene nuevas técnicas para enseñarnos y las ideas justas para resolver las cuestiones que se van presentando.
Como es costumbre, la parrilla de Yungo no para de cocinar platos riquísimos. Esta vez, los protagónicos fueron arroz salteado con verduras y nuevamente el plato catalán llamado escalibada, con morron, berenjena y cebolla asados.
Una gran sorpresa fue poder detectar como está cambiando el paisaje con el otoño, las hojas cayendo, las plantas soltando semillas, la tierra menos reseca. También fue un momento muy alegre, el de emancipar a las acacias de sus tutores. Por suerte la mayoría de lo que plantamos sobrevivió al verano y ya están formando parte de los ciclos de Yungo: acacias, casuarinas, hibiscus y ceibos.

lunes, 28 de marzo de 2011

Tranquera con luna llena



Dedicamos el sábado al armado y colocación de la tranquera, guiados por Daniel, que nuevamente se acercó a darnos una mano y visitarnos con sus jugos fríos y buena onda. Paso a paso fuimos dándole forma y, bajo la protección del roble se fue construyendo la entrada que hoy nos da la bienvenida en Yungo. Mientras tanto, parte del equipo se dedicó a realizar pruebas de barro siguiendo las indicaciones del Manual de Construcción de Gernot Minke. La idea era orientarnos sobre la composición de la tierra del terreno, y esta vez usamos la mezcla preparada el fin de semana anterior, con tierra, paja y bosta de vaca. Los resultados fueron algo ambigüos, pero concluímos que la tierra es principalmente arcillosa y linosa, siendo seguramente necesario para la construcción, que le agreguemos arena para equilibrarla.
Una vez que la tranquera quedó lista, la llevamos para adelante y lo ayudamos a Daniel que se encargó de ubicarla en el poste para que quede prolija y a nivel. Cuando terminamos de darle la primer mano de aceite de lino a la madera, el sol y el día se estaban yendo para dejarnos una luna esplendorosa. La acompañamos con música hasta que estuvo bien alta, dejándola luego con los increíbles sonidos de la noche en el campo; cenamos bajo su luz y nos fuimos a descansar.
El domingo arrancó con la visita de Adriana y el Polaco, que compartieron con nosotros unos mates y muchos de sus conocimientos y experiencias en distintas posibilidades de construcción, y por si fuera poco nos detallaron paso a paso la manera en la cual encarar la construcción del horno chileno. Hicimos algunas mediciones y concretamos el diseño de nuestro primer techo vivo.

Texto: Maximiliano Sandoval y Pablo Dominguez
Fotos: Melisa Szpiezak

miércoles, 9 de marzo de 2011

Todo se mueve



Fin de semana de carnaval, la posibilidad de pasar más días en Yungo y avanzar sin apuro en varios frentes. El sábado nos dedicamos a concluir los cimientos. Sólo nos faltaba hacer la carga del material, así que nuevamente con la colaboración de Daniel y el movimiento coordinado de todos, pudimos terminar un proceso que nos llevó cuatro fines de semana de trabajo intenso y pleno aprendizaje. A la noche recibimos la visita de Gustavo, y cenamos juntos mientras charlamos sobre la historia de la zona. Nos contó que Magdalena -que antiguamente también abarcaba lo que hoy es el partido de Punta Indio- fue uno de los primeros parajes que se conocen en la provincia de Buenos Aires. Conversamos sobre la Reserva Mundial de Biósfera que hay en el Partido, y nos enteramos de la simbiosis del Tala y el Coronillo, que juntos generan el único ambiente donde surge la mariposa argentina, conocida por sus colores celeste y blanco. El domingo a la mañana nos dedicamos a seguir desarrollando algunos proyectos que se vienen y al mediodía, degustamos una deliciosa escalibada catalana cocinada por Isabel, que junto a Marisa vinieron desde Capital para darnos soporte culinario y traernos muchos Aloe Vera para plantar. A la tarde hicimos el pozo para empezar a probar las mezclas de barro y plantamos los Aloes. El sol ya se siente más suave, anticipando el otoño y el roble continúa tan anfitrión como siempre, garantizando sueños profundos y un buen descanso. El lunes, antes de la vuelta, estuvimos trabajando en lo que será un gran cambio de presentación para el terreno: la tranquera. Por fin vamos a reemplazar el Frankenstein de alambre y chapa que tenemos en la entrada por una cálida y práctica tranquera de guayubira.

martes, 1 de marzo de 2011

No se puede ir más rápido que el tiempo




Tercer fin de semana dedicado a los cimientos. Teníamos pendiente atar los estribos a los hierros del 8, colocarlos en la zanjas y llenar con una mezcla de piedra, cemento, arena y cerecita. Afortunadamente contamos con la ayuda-capacitación de Daniel, un poblador de Verónica, que con suma paciencia y humor nos ayudó a encaminar la tarea. Estuvimos todo el sábado trabajando con los hierros y disfrutando de la sombra, esta vez de los eucaliptos. El domingo nos levantamos bien temprano para admirar el amanecer. El sol, surgiendo desde el este, nos convirtió en contempladores de su maravilla, generando infinitos matices de colores y formas. Cuando salimos del asombro nos pusimos a terminar el esqueleto, y cerca de las 9 llegaron Daniel y Gastón -otro poblador de Verónica- con facturas. Desayunamos y volvimos al trabajo. Para reforzar el trabajo de los cimientos, nos propusieron hacer 13 pozos de 1 metro para pilotines, y cuando estuvieron listos colocamos el esqueleto del encadenado en las zanjas. Después de dos jornadas tan intensas como enriquecedoras, dejamos todo listo para la carga del material y quedamos como Ruti.