miércoles, 20 de octubre de 2010

Primer jornada de transplante y desmalezado



Llegó el primer sábado de trabajo manual. Si bien el invierno es el mejor momento del año para transplantar la mayoría de los árboles -por ser la estación en que focalizan su energía en expandir sus raíces- los que elegimos eran Acacias, que suelen tener un ciclo distinto y ya habían tenido su florecimiento durante el invierno. Guíados por los consejos de Raquel, nos propusimos mover algunas acacias que habían crecido muy pegadas entre sí y trasladarlas al frente del terreno. De esta manera se generaba una distancia prudente entre ellas para que puedan seguir creciendo cómodas y, con las que transplantamos, fuimos haciendo una hilera sobre el alambrado del frente para ir armando una cerco de árboles y plantas. Ese fin de semana de luna llena también lo vamos a recordar como la primera noche que pasamos en Yungo. Fueron dos días repletos de aprendizaje, intercambio y reflexiones. Inauguramos una zona para hacer fuego y trazamos los primeros caminos. Los animales por la noche estaban muy extrañados de nuestra presencia, sobre todo los pájaros del montecito, de su montecito. Tuvimos la suerte de contar con la presencia de muchos amigos queridos que dio por resultado una mezcla especial. ¿Ruti? Entusiasmadísima.

Fotos: Rubin Marantenboim

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