martes, 21 de diciembre de 2010

Galpón, capítulo final



La futurología volvió a fallar. Otra muestra de lo poco que enriquece un pronóstico para tomar decisiones. Los diarios anunciaban temporales que bajaban desde San Juan y Entre Ríos. Por suerte las ganas se impusieron, vencimos las dudas y bajo un cielo encapotado nos embarcamos para una nueva aventura en Yungo. El gran desafío planteado: terminar el galpón. Estaba lista la estructura y nos quedaba terminar la puerta, pintar las salignas y clavarlas. Desde la llegada estuvimos muy concentrados y dinámicos en la tarea. Almorzamos algo fresco -quinoa con ensalada- y entre charlas, mate, frutas y mucho trabajo avanzamos parejo hasta la tarde-noche, que nos encontró con casi toda la tarea terminada. También era la primera noche que íbamos a pasar debajo del roble, por lo que otro grupo se encargó de preparar la zona y dejar listo el refugio. Llegó el momento del fuego y de deleitarnos con unas ricas pastas artesanales de Verónica. Al otro día nos despertamos después de un excelente descanso, guíado por las hojas del roble y los álamos.
El almuerzo del domingo lo compartimos con una pareja amiga que vive en Verónica y cultivan su propia huerta con infinidad de verduras y plantas medicinales. Nos pasaron muchos datos importantes sobre las características de la zona, siempre con muy buena onda. Terminamos el galpón, nuestra primera construcción y bajo un sol radiante culminamos un fin de semana de puro disfrute.

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